Introducción
El dolor es una experiencia sensorial y emocional generada por el cerebro asociada a un daño real o potencial. Tu cerebro puede generar esa experiencia anticipando un daño (sin haber daño real) o amplificar un daño real si el contexto es nocivo.
Se suele pensar que cuanto más dolor más daño hay en un tejido. Y viceversa, que cuanto más daño más dolor. Sin embargo, la ciencia está demostrando que es una visión muy reduccionista del problema.
Como aprenderás a continuación, el contexto puede modular la respuesta de dolor que genera el cerebro .
¿Puede influir el color en el dolor?
Un estudio investigó la experiencia de dolor en sujetos sanos dependiendo del contexto (color). Se analizó la experiencia dolorosa en diferentes situaciones. Utilizaron una escala visual analógica del 0 al 10, para valorar el dolor, donde 0 es nada y 10 dolor máximo. Los participantes tenían que marcar cuánto dolor experimentaban en diferentes situaciones.
En todos los casos el estímulo fue una pieza de aluminio congelada a -20ºC que se ponía en el dorso de la mano durante medio segundo, pero en varias situaciones:
- Al mismo tiempo que se encendía una luz roja.
- Al mismo tiempo que se encendía una luz azul.
- Al mismo tiempo que se encendía una luz roja o azul, mirando hacia el estímulo o no.

Resultados
Con el estímulo al mismo tiempo que la luz azul los participantes marcaron en la escala 2,6 pero con la luz roja marcaron 5,6. Además, con el estímulo con la luz roja, mirando al estímulo marcaron 5,5 y cuando no miraron al estímulo 4,6.
Este experimento indica que un contexto negativo (luz roja que en nuestra sociedad es percibida como peligro o prohibido), hace que el cerebro amplifique la experiencia de dolor. Porque, si no fuera por el estímulo visual deberían marcar lo mismo en diferentes ocasiones.
Lo mismo ocurre si miramos al estímulo, tu cerebro percibe más amenaza y genera una respuesta mayor. Por esa razón se recomienda no mirar a la aguja cuando te van a poner una inyección, porque se sabe que si miras te dolerá más.
Probablemente, si en nuestra sociedad el color rojo se asociara a la tranquilidad, el relax, etc., y el azul al peligro o al fuego, la respuesta sería al contrario. Esto indica que nuestras creencias sociales juegan un papel muy determinante en tu experiencia de dolor. Pero, tranquilo, se pueden cambiar esas creencias con educación.
En conclusión, este experimento sugiere que el dolor es una experiencia mucho más compleja que simplemente una respuesta a un daño.
Si tienes dolor es determinante la educación para que entiendas el impacto negativo que tienen ciertas creencias erróneas.
Las siguientes conductas se suelen ver como peligrosas: flexionar la espalda para agacharse, cargar pesos, hacer gestos bruscos o realizar deportes de «impacto». No obstante, la ciencia ha demostrado que esas creencias no son ciertas y, sobre todo, pueden perpetuar un círculo vicioso de miedo al movimiento-desuso-dolor.
Los mensajes erróneos también amplifican el dolor, como por ejemplo: tienes la espalda débil, tienes la espalda desviada, tienes una hernia, tienes artrosis, tienes el cuello rectificado, etc.
En la vida real todas esas creencias son el contexto negativo como la luz roja.
Ref: Moseley et al. Pain. 2007